20/11/10

19/11/10

Esto es para ti que dices que ya no escribo.




Pensó en lo oportuno que se le antojaba hacer un elegante mutis por el foro, desaparecer sin hacer ruido, irse como se había estado yendo casi sin querer y sin poder evitarlo. Mientras planeaba una fuga improvisada se despistaba mirando de reojo el subir y bajar de su pecho hinchándose y deshichándose, arriba y abajo, casi como si respirase. Metió en una maleta unas bragas, un suéter, un paragüas de varillas rotas, y un libro de Tolstoi y se marchó como se había estado marchando casi sin querer y sin poder evitarlo. Cuando alcanzó la puerta, desnuda bajo un abrigo rojo pasión, su gato maulló lo que a ella le pareció un "espera", siempre supo que la sugestión era de necios, así que se convenció de que efectivamente y contra todo pronóstico su gato había maullado y esperó para no irse como se había estado yendo casi sin querer y sin poder evitarlo.