Aquella m a ñ a n a no dejo de pensar en el. En su cuerpo se repetía como un eco la misma s e n s a c i ó n una y otra vez, y un e s c a l o f r í o recorría su espalda, perdía la fuerza y volvía a a c a r i c ia r s e el pelo, como hacía s i e m p r e que sentía que no controlaba la situación.
4/5/08
Escalofrío
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