27/6/08

En la sala de espera I


Y en la sala de espera del médico de cabecera, una enfermera gritó su nombre. Hacía tanto que no lo escuchaba que el peso de los recuerdos cayó sobre ella como una losa, hacia tanto que no lo veía que las miles de veces que se había imaginado un reencuentro se agruparon haciéndole un nudo en la garganta que la impedía respirar.

Miraba de un lado a otro, esperando que alguien se levantara. Ante la ausencia del paciente la enfermera volvió a gritar:
-Mario Escudero.
Su pulso se acelero, buscaba entre la gente una cara familiar que no encontraba, una leve muestra de que encontraría en un rostro probablemente arrugado, a aquella persona que extrañaba cada día de su vida.

No hay comentarios: