Lo que mas le gustaba de pelar mandarinas era que el olor solía quedársele un rato en los dedos de manera que era fácilmente perceptible para los demás y siempre había alguien que preguntaba:
Quien ha comido mandarinas?
Relátame con quién deambulas y te manifestaré tu idiosincrasia
Pelearé hasta el último segundo y mi epitafio será: No estoy de acuerdo.
Joaquín Sabina
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