Era un ente abierto al ser, “ser” como aquello que instala y mantiene a los entes concretos en su entidad, era un Dassein arrojado al mundo, un “ser” tal que sólo a él «le va» su propio ser, que mantenía una explícita relación de co-pertenencia consigo mismo, que se hallaba en cada caso abocado al mundo. Era un ser-ahí y era suave, tanto, que la pregunta por el ser le resbalaba.
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2 comentarios:
me encanta el texto, pues la última frase le da un giro inesperado que le cambia totalmente el sentido y lo convierte sencillamente en una idea genial
Me encanta cuando y cómo usas el "pues" en las frases. Y me alegra que te guste el texto, de verdad que es así de suave!
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