La pasta de dientes sabía a coliflor y eso sólo podía significar una cosa, había llegado Noviembre y era su santo. Alguien llamaba al timbre con una insistencia desesperante, pero a ella no le apetecía abrir, “seguro que no son regalos”, pensó, y esa excusa le bastó para no escupir y salir corriendo. Se miro al espejo extrañada como si el reflejo no fuera el suyo, al menos no como lo había visto antes, algo había cambiado, y de repente lo entendió todo, al menos de una forma diferente a como lo había entendido hasta entonces.
2 comentarios:
Ese 'click' mental después del cual ya no hay posible vuelta atrás.
hay cosas que solo suceden en Noviembre...
saludos ;)
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